
Madonna recibió abucheos en su último concierto en Brasil, Rio de Janeiro, y luego fue sorprendida en la madrugada del martes en una fiesta bailando durante horas, además de compartir con Gilberto Gil y el futbolista Ronaldo.
Madonna, de 50 años, retornó a Brasil tras su última actuación, hace 15 años, y en su segundo concierto en el estadio Maracaná recibió abucheos de parte del público al presentarse la noche del lunes con una hora y media de retraso no justificado.
La irritación inicial de los miles de fans que colmaban el Maracaná y que también sufrieron retrasos en la apertura de las puertas del estadio debido a pruebas de sonido, se evaporó cuando la estrella irrumpió en el escenario para iniciar el 'show' con la música de 'Candy Shop' y se disculpó.
Con el correr de los minutos Madonna fue ganándose al público carioca y con su impactante espectáculo fue garantizando la satisfacción general, con clímax cuando vistió una camiseta de la selección brasileña en los instantes finales del show, parte de su gira 'Sticky & Sweet'.
Tras el 'show', la 'diva del pop' se dejó caer con parte de su comitiva en la juerga carioca y fue a una fiesta en una discoteca de un lujoso hotel del barrio chic Ipanema (zona sur), donde sorprendió a los presentes con su energía al bailar en la pista incansablemente por casi tres horas hasta bien avanzada la madrugada.
A la fiesta realizada por los organizadores de su 'tour' en Brasil, Madonna compartió momentos y mesa con celebridades locales, como el 'Fenómeno' Ronaldo (recién contratado por el Corinthians de Sao Paulo) y el ex ministro de Cultura y celebrado músico popular Gilberto Gil y su familia.
Madonna viaja ahora a Sao Paulo, capital económica de Brasil, donde jueves, viernes y sábado dará conciertos en el estadio Morumbí.
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